El
uso de semillas germinadas tanto en la alimentación como en la
medicina data de, aproximadamente, 3 000 años antes de Cristo. En
China ya se escribía sobre las hierbas medicinales y las semillas
germinadas que se prescribían para dolencias como edemas,
contracturas musculares, deficiencias en el funcionamiento de las
vísceras, desórdenes digestivos, debilidades pulmonares y problemas
relacionados con la piel y el pelo. Los chinos y japoneses usaban los
germinados de soja y cebada como alimento fijo en su dieta.
En
Occidente, los germinados se empezaron a usar en principio como
medicina y posteriormente como alimento.
Valor
alimenticio y curativo
Los
granos y legumbres recién germinados tienen una gran cantidad de
clorofila, vitaminas, minerales, oligoelementos y otras sustancias
vitales. Entre las vitaminas destacan A, B, B6, B12 (difícil de
encontrar en los vegetales), B17, C, E, ácido fólico, pantoténico,
además de colina. También poseen calcio, hierro, magnesio, cobre,
cinc, yodo, potasio junto con los aminoácidos esenciales que el
cuerpo necesita para formar las proteínas necesarias para restaurar
sus tejidos.
Aminoácidos
esenciales: Los brotes,
especialmente de legumbres, aportan al organismo proteínas completas
que se transforman en los ocho aminoácidos esenciales de rápida
absorción.
Calcio:
Los germinados de sésamo, almendra, girasol, alfalfa y garbanzo,
entre otros, nos proporcionan abundante calcio de rápida absorción.
Potasio:
Lo podemos encontrar principalmente en los brotes de almendras,
girasol, sésamo, soja y alubias.
Hierro:
Los brotes que mayor cantidad de hierro tienen son los de alfalfa,
lentejas, soja roja y soja verde.
Clorofila:
Los brotes que más clorofila sintetizan son los de trigo y los de
alfalfa. Una de las razones por las cuales la clorofila es tan
efectiva puede radicar en su similitud con la hemina (forma parte de
la hemoglobina, proteína de la sangre que transporta oxígeno). Por
este motivo es que la clorofila es absorbida directamente por la
sangre.
El
consumo de esos brotes nos proporciona una mejora en la defensa,
resistencia, capacidad regeneradora de las células, potencia los
procesos naturales de curación, depura la sangre y frena las
infecciones, entre tantos beneficios.
Vitaminas:
los brotes tienen buena concentración de vitaminas, por ejemplo los
más destacados son: Vitamina A (alfalfa), Vitamina B (alfalfa,
trigo, girasol, centeno y sésamo), Vitamina C (trigo, lentejas,
soja, garbanzos y alubias), Vitamina E (trigo) y Vitamina K
(alfalfa), entre otros.
Los
germinados constituyen uno de los mejores alimentos que la naturaleza
nos ha dado. De poderoso efecto regenerador y curativo. El jugo de
brotes impide el desarrollo del cáncer, ayuda a corregir la anemia,
equilibra la presión arterial, alivia el estreñimiento, aumenta la
actividad hormonal y sobre todo, ayudan a desintoxicar el organismo.
Cuando
germinamos semillas, cereales o legumbres los convertimos en un
alimento fácilmente asimilable que liberan todos sus nutrientes. Los
brotes son un alimento predigerido, por lo tanto son sumamente
recomendados y adecuados para las personas con problemas digestivos.
Alicia García- Miembro PEFOTS – PAN EUROPEAN FEDERATION OF TCM SOCIETIES, de PRACTITIONER´S REGISTER y FUNDACIÓN EUROPEA DE MEDICINA TRADICIONAL CHINA y Miembro de AMERICAN APITHERAPY SOCIETY, INC.