TRASTORNOS INHERENTES AL DOLOR CRÓNICO
El dolor crónico es una de las
experiencias más duras y, por desgracia, más comunes que se puede experimentar
en la vida. Esta vivencia desgasta casi completamente la integridad psicológica
del individuo que la padece.
Concretamente, hablamos de «dolor
crónico»cuando éste permanece durante un periodo superior a seis meses y es
resistente a la terapéutica convencional, prolongándose durante años.
Cuando el problema de dolor se
prolonga mucho más allá de la curación de la enfermedad o lesión – omo en las
lumbalgias, hernias discales etc.-, o bien aparece y desaparece de forma
recurrente sin guardar relación con ninguna causa orgánica conocida – como en el
caso de la artritis y artrosis- se convierte en un auténtico problema vital para la persona que lo padece.
Este proceso de cronificación suele coincidir
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Ineficacia en la
efectividad de las soluciones médicas o farmacológicas para mitigar el dolor
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Incomprensión de parientes, pareja y entorno laboral.
Quienes desconociendo el constante padecer del individuo prefieren pensar en
una necesidad de querencia inexiste.
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Ansiedad
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Depresión
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Trastornos propios de la ansiedad y depresión como
estreñimiento, irregularidad del sueño, falta de concentración, pérdida de
memoria, irritabilidad, desesperación etc.
Efectos psicológicos
del dolor crónico
Las personas que padecen dolor
crónico cargan con el sentimiento de impotencia y desesperanza por el hecho de
no encontrar solución a su problema tras visitar multitud de médicos y después
de haberse sometido a una gran cantidad de tratamientos.
A sí mismo, se pierde la
integridad psicológica y en el intento de recuperarla – de manera inconsciente-
se llega a modificar la conducta
aumentando el número de quejas, solicitud de medicación, dejan de hacer cosas agradables, disminuyen su
vida social, pierden la capacidad de disfrutar de las cosas y mantienen una
vida sedentaria paralizados y abrumados por la situación.
En muchos de los casos, las
relaciones familiares se ven afectadas ya que no siempre se comprende la
enfermedad. El paciente se siente
incomprendido y con miedo a expresar el mínimo dolor ya que sus quejas son
interpretadas como exageraciones o pretextos para no realizar ciertas
actividades. Socialmente se produce un efecto parecido ya que el entorno deja de
llamar a la persona enferma por no escuchar las constantes quejas o no las
incluyen en sus planes tras sus negativas a consecuencia del dolor.
AL FINAL DEL DOLOR
Si una persona consigue vencer el
dolor crónico debe saber, tanto ella como su entorno, que la recuperación
psicológica y física lleva su tiempo. El ex paciente dormirá más horas de lo
normal, probablemente comerá más de lo normal porque físicamente está agotado.
Hay que tener muy presente que
emocionalmente ha quedado muy frágil, así cualquier imprevisto cotidiano, de
relaciones humanas o sentimentales le afecta de una manera atroz y no sabrá
reaccionar bien ante ellas. Padecerá durante mucho tiempo un inexplicable miedo
al dolor, a que reaparezca y a que el
remedio que se lo ha quitado deje de hacer su efecto. Por esto último se irá
integrando a la actividad cotidiana muy poco a poco. No hay un tiempo específico
para ello, pero desde luego no hablamos
de meses, hablamos de años.
IMPRESCINDIBLE
Para salvar una situación tan
dura como el dolor crónico, los efectos psicológicos de éste y la total
recuperación es imprescindible un entorno familiar sensible, comprensivo carente
de prejuicios, fuerte, positivo y con la madurez suficiente como para desoír
juicios ajenos y apoyar y aplaudir cualquier pequeño avance que el paciente
haga en su recuperación. Tanto la familia, amigos como pareja ha de saber que
tienen un absoluto Héroe o Heroína frente a ellos. Exigir rapidez en la recuperación y en la integración del individuo que se está recuperando es una crueldad innecesaria que no le hace ningún bien. La información es necesaria.
Felicidades Alicia por tu excelente aportación,creo que eres una profesional muy capacitada,conocí la apiterapia después de una operación de fijación Occipito-cervical C1-C4, y aunque continuó muy delicada de salud, doy gracias a Jehova Dios y la Apiterapia porque han y siguen salvado mi vida.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, me alegra que la apiterapia le haya podido ayudar.
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