LA ECHINÁCEA, ANTIBIÓTICO
VEGETAL
Son plantas herbáceas, perennes
y adaptables a la sequía. Llegan a medir entre 1 a 2 m de altura. Las hojas son
de lanceoladas a elípticas, entre 10 a 20 centímetros de largo y 1,5 a 10 cm de
ancho. Como es característico de toda la familia de las Asteráceas, las flores
forman una inflorescencia compuesta por flores púrpuras dispuestas en forma de
cabezuelas cónicas; ya que el limbo de las lígulas exteriores tiende a apuntar
hacia abajo una vez que la cabezuela de la flor se abre, formando un cono.
Se utiliza sobre todo la raíz,
más raramente se emplea la planta entera. Es más activa si se emplea en estado
fresco.
Composición
química
v
Aceite esencial (1,5%) dentro
del cual su principal componente es el humuleno.
v
Un equinacósido; es una molécula
compuesta por glucosa, rhamnosa, ácido cafeico y brenzcatequinétilalcohol.
v
Polisacáridos o heteroglicanos;
se trata de moléculas de peso molecular de 45 000 (compuesto de arabinosa,
xilosa y galactosa) y de 25 000 (compuesto de rhamnosa, arabinosa, xilosa y
galactosa).
v
Ácidos orgánicos: derivados del
ácido cichoreico, ácido cafeico, derivados del cafeoil-etílico, verbascósido,
ácido clorogénico, ácido isoclorogénico.
v
Resina (1,9%), compuesta por
ácido oléico, linoléico, cerotínico y palmítico.
v
Otros componentes:
isobutilamida, bajo forma de ácidos grasos insaturados, poliacetileno,
8-pentadeceno-2-ona, 1,8 pentadecadieno, echinolona, cinarina, inulina,
pentosano, azucares reducidos.
La planta Echinácea es la más
conocida y ha sido la más estudiada de las hierbas medicinales por su función
de estimulación del sistema inmunológico. A diferencia de una vacuna que se
activa sólo contra una enfermedad específica, la Echinácea estimula la
actividad general de las células responsables de la lucha contra todo tipo de
infección.
Estudios de laboratorio han
demostrado que la Echinácea tiene numerosos efectos sobre las células del
sistema inmunológico al estimular la producción de células T e interferón
(proteína que estimula el sistema inmunológico). También estimula la acción
ante los cuerpos extraños por parte de las células inmunes para retirarlos de
la circulación y aumenta la capacidad de las células inmunitarias para ir al
sitio de la infección.
La Echinácea ha sido llamada el
«antibiótico vegetal». Aunque la experiencia médica revela una clara actividad
en las afecciones bacterianas y virales, el término antibiótico está mal
empleado, ya que esta planta no mata directamente la bacteria tal y como lo
haría un antibiótico clásico sino que su actividad contra las infecciones se
produce al estimular el sistema inmunitario.
APLICACIONES
CURATIVAS
A nivel óseo, la Echinácea actúa
acelerando y reforzando los fibroblastos y favoreciendo el tejido de sostén.
En el tejido epidérmico,
estimula la transformación de fibroblastos en fibrocitos, lo que facilita la
regeneración tisular, a la vez que también estimula la elevación de las células
epidérmicas del estrato germinativo, favorece así la cicatrización.
Se ha empleado con éxito, como
estimulante del sistema inmunitario, tanto en la prevención como en el
tratamiento de infecciones respiratorias agudas o crónicas, gripes, catarros,
infecciones gastrointestinales, otitis, alergias, inflamaciones articulares
(artritis), infecciones bucales, infecciones renales, convalecencias, en
alteraciones de la piel como dermatosis, eczemas secos y liquenificados,
psoriasis, etc., heridas, quemaduras, herpes labial, ulceras varicosas,
vaginitis por cándida Albicans, y en tratamientos de irradiación, quimioterapia,
etc.
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